Cristiano Ronaldo dos Santos Aveiro o simplemente Ronaldo, el futbolista portugués que hasta ahora jugaba por el club inglés Manchester United fue vendido al Real Madrid por 80 millones de libras esterlinas (123 millones 728 mil dólares o 93 millones 882 mil euros).
La transacción lo convierte en el jugador de fútbol más caro de toda la historia.
Tanto lo quería el Real Madrid, que venía intentando la compra desde hace tiempo.
El apuesto Ronaldo, de 23 años, era la gran estrella del Manchester United. No en balde, se dice que sus hinchas están apesadumbrados.
Lo he visto hacer cabriolas, diestro, con el balón, que por supuesto, no todas las veces se traducen en goles espectaculares.
Otros pueden hablar mejor que yo de ésto.
A lo que me quiero referir es a los millones y millones que se pagan por jugadores de fútbol, brillantes, sí, pero ¿es para tanto?
Ahí está el caso del inglés David Beckham, por el que el club Galaxy de Los Angeles pagó una millonada. Los resultados, sin embargo, no le hicieron gala a la inversión.
Hay mucho de exageración de las virtudes de estas estrellas del fútbol, que como mercenarios pelean por el mejor postor.
Señal de nuestros tiempos, en que los fanáticos en Europa pagan precios prohibitivos por ver jugar a sus ídolos.
Ronaldo ganará 180 mil libras a la semana (298 mil 503 dólares, un poco más de 211 mil euros).
Su futuro, como el de Beckham, está ya más que asegurado.
Con tanto dinero llegará un momento en que si no es por amor al deporte ya no tendrá mucho estímulo para salir a la cancha.